Bajo la luz suave de la luna, las dos personas en la habitación están en íntimo contacto.
El hombre contemplaba a la mujer sentada sobre él, con una expresión tierna y apasionada.
—Nunca he probado esta posición. Si no lo hago bien, no te decepciones—las manos pequeñas de Clara presionan el pecho ondulado de Alejandro mientras hablaba tímidamente.
Alejandro agarraba sus delgadas y blancas piernas con ambas manos, sin atreverse a mostrar demasiada excitación.
Él no esperaba que la recompensa que Clara mencionó antes fuera cambiar de posición sexual.
Aunque antes habían hecho el amor tantas veces seguidas, cada vez era él quien tomaba la iniciativa, deseando mantener toda su fuerza para que ella disfrutara.
¿Cómo no estar emocionado y excitado ahora que Clara quería que Alejandro gozase del sexo?
—¿Está bien así? — Clara, con la cara sonrojada, pregunta suavemente.
La respiración de Alejandro era tranquila, pero su cuerpo ya le había dado una respuesta intensa.
—No es necesario que te f