Capítulo1109
Alejandro generalmente era ordinario en sus palabras, pero en momentos clave, demostraba ser un buen orador.

Clara entrecerró los ojos y, aprovechando que los demás estaban distraídos, chocó su hombro suavemente con el del hombre a su lado.

Un aroma fresco y encantador la envolvió, y Alejandro sintió que su mente se despejaba por completo. Involuntariamente, un rubor se extendió por sus mejillas mientras apretaba los labios.

Clara notó la ligera sonrojes en su apuesto rostro y se sonrió disimuladamente, cubriéndose la boca.

Esa noche, cuando estaban abrazados en la cama en un ardiente abrazo, él había sido enérgico.

—Ema, solo toma una copa, no es necesario que bebas mucho—Enrique miró de reojo a Ema, su mirada se volvió bastante seria, y bajó la voz. —No arruines la diversión de todos.

El corazón de Ema latió con gran fuerza, levantó rígidamente el brazo y bebió todo el contenido de su copa.

Al ver cómo bebía, incluso Leona comenzó a preocuparse por ella en silencio.

Pol estaba observ
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