Desde el principio del mismo tiempo, desde aquella noche donde culmino el reinado de la oscuridad y comenzó la carrera de la evolución humana, esa noche en donde los vientos del sur traían fortuna y poder, se daba inicio a una nueva etapa, que se conocería como el primer ciclo para aquellos seres. Los cuales celebraban el KONSUC por primera vez en la tierra. Las estrellas les habían hablado. Ellos eran una especie más antigua que el mismo tiempo en aquella tierra, una raza de hombres y mujeres implacables, crueles y despiadados.... Esa noche debería ocurrir en tres ciclos; el primero era su dominio sobre las demás especies existentes, lo cual no les fue difícil. El segundo ciclo, indicaba que tres hermanos en línea directa con los supremos, que habían descendido de las estrellas, compartirían a la elegida. Esta debía ser una nativa, en estado primitivo, debía ser especial, solo así la reconocerían. El tercer ciclo era él más importante, es en ese ciclo en donde ellos comienzan a ser más fuertes, más poderosos. Desde allí ellos reinarían en todo lugar. Solo avanzarían con ayuda de la elegida, que nacería cada siete generaciones y se presentaría a los hermanos por medio de revelación, en sus diferentes encarnaciones con el correr de los tiempos.... Esta es la historia de una mujer que abrió sus ojos encontrando un reino, el amor y peligro. Las estrellas la señalaron, sus hombres amaron y sus hijos la protegieron. No podría explicarse como, pero ella los hizo superiores alcanzando el tercer ciclo que tanto esperaron.
Leer másEs increíble lo que puede cambiar la vida de una persona, solo en cuestión de unos instantes, tal vez todo ya este determinado a ocurrir, o solo pase. Se supone que las primeras señales de que algo acecha nuestra rutina y vida misma, se presentan en forma casual y sencilla, por lo que el afectado no alcanza a descifrar tales señales, solo hasta cuando estamos hasta el cuello, recién nos percatamos de que siempre estuvo ahí, latente esperando el momento justo, pero para ese entonces todo, todo ha comenzado ya.
Había llovido durante todo el día parecía que nunca terminaría, la gente iba y venía, como si nada le importara, en aquella zona era normal tanta cantidad de lluvia y por ende se debía de acostumbrar a ella.
Y allí se encontraba Mara, atrapada en su triste y miserable vida, ella siempre había soñado con casarse y vivir feliz, cual cuento de hadas, pero eso no era lo que hasta ese entonces le había deparado el destino.
Había tenido una crianza normal, con los típicos altibajos de vivir y crecer en una gran ciudad. Al terminar sus estudios y luego de algunos altibajos en su vida, consiguió trabajo en una de las empresas pesqueras ubicadas en el Sur del país, de esas que todo fluye de acuerdo a los movimientos de estas y el puerto. Era de rutina entrar a las 8 de la mañana y salir hasta las 16 horas, de ese momento su vida quedaba en suspenso, esperando el siguiente día de trabajo, tan solo para eso vivía.
El trabajo era malo, las condiciones en que se trabajaba le ocasionaban un constate resfriado y dolor en sus manos, las cuales no estaban acostumbradas a trabajar en una planta faenadora de salmones.
Tanto era su infeliz vida, que ya ni recordaba cuando había arribado al sector, enamorada y llena de proyectos, todo ya estaba en el pasado se había ido al igual que su sonrisa y el brillo en sus ojos.
Mara era de contextura delgada, de baja estatura y de ojos oscuros, inexpresivos dando la impresión de estar siempre en otro lugar, su rostro por lo general no se despegaba del suelo, no miraba a nadie a los ojos directamente. Vivía en una pensión del puerto, luego del día de trabajo se recluía allí, sin lugar a donde ir.
Tenía como compañeras de cuarto, a otras mujeres, las cuales también trabajaban en la planta y en la misma sección, una era casada y de edad mayor, de nombre Claudia, la otra en cambio Mariela, soltera de escasos 21 años de edad, a diferencia de Mara, ellas llevaban una vida social más activa y eran con ellas con quien Mara se relacionaba con mas fluidez.
Los fines de semana la pensión se transformaba en un ir y venir de mujeres, entre cambio de turno y las diferentes actividades que allí se hacían.
Por lo general Claudia iba a su casa, mientras que Mariela, aprovechaba para distraerse con los diferentes acontecimientos que allí se realizaban.
Mara solo se sentaba frente al gran ventanal que había en el comedor de la pensión, en silencio, sin nadie a su lado y sin despegar la vista del vidrio o simplemente dormía.
Fue para mediados de febrero cuando en la empresa se celebraría un nuevo aniversario, habría una fiesta para el personal, en donde se premiarían a los trabajadores más eficientes del año en cuestión, por ello la asistencia era obligatoria. Al faltar una semana los preparativos estaban casi listos los nombres de los afortunados circulaban en boca de todos y paradójicamente el nombre de Mara era uno de ellos, esto llevo a que tanto Mariela como Claudia, durante la cena le preguntaron que era lo que opinaba al respecto y si creía que tenía posibilidades de ganar.
-Nada, no creo que sea yo una de las premiadas-dijo en un tono en que no le había gustado mucho la situación y menos aun la pregunta.
-Pero....como que nada Mara, tú eres la que siempre llega primero y la ultima en irse, sin mencionar que tu tienes el record de productividad y dices que......nada-expreso Mariela.
-¿Sabes, creo que no estas muy interesada en asistir a la fiesta aniversario, mas bien no piensas ir, o me equivoco?-agrego Claudia.
-No se-dijo un tanto angustiada-no tengo ropa para ir, no tengo ánimos, en esta fecha por lo general me deprimo un poco.
-Y cuando no andas deprimida mujer, además por lo de la ropa no te preocupes, quizás Mariela tenga algo que también pueda servirte-comentó Claudia agregando-además nunca hemos salido las tres juntas.
-¡Eso!...-grito Mariela abruptamente-nunca hemos salido las tres y no entiendo por que tenemos que esperar hasta la fiesta aniversario, que les parece si esta noche nos vamos al Pub, de la esquina y empezamos a practicar para la fiesta ¿qué opinan?
-Pero una mejor idea no se te podía haber ocurrido, vamos ahora mismo-repuso Claudia alegremente.
-Bueno chicas, que la pasen muy bien, yo me voy a dormir temprano, estoy muy cansada y como les había dicho, no estoy de ánimos para celebrar nada-decía Mara tratando de creer sus excusas ya que realmente deseaba acompañarlas.
-¡Ah no......! Tú te vienes con nosotros y nada de protestas, quieras o no, eso da lo mismo-dijo Claudia, quien rápidamente hizo una seña a Mariela y abruptamente tomaron a Mara por los brazos, jalándola hacia afuera de la habitación, entre tirones y empujones sacaron a Mara.
-Pero por lo menos dejen que saque mi abrigo, debe estar helado afuera-decía Mara tratando de estirar su brazo y así tomar su abrigo, con una sonrisa en su rostro.
-Esta bien tienes razón, Mariela toma los abrigos-ordenó Claudia.
Las tres mujeres salieron de la pensión y tomaron rumbo a la esquina, en donde se hallaba el Púb.
Mara no tuvo otra opción que ir con sus compañeras, que continuaban cada una adherida sus brazos tironeándola hacia afuera y entre risas emprendieron su marcha.
-Total el turno de mañana comienza en la tarde y podremos dormir toda la mañana-decía Mariela-vamos... no te vas a arrepentir te lo doy por escrito.
-Si, no te va hacer mal que salgas una noche con nosotras, te prometo, que te va a gustar-agregó Claudia.
La noche era oscura, a lo lejos se divisaban las luces de los diferentes barcos que recalaban en el puerto.
Al llegar al hospital y tras esperar unos momentos, en los cuales, los ánimos de Ammos se encolerizaron, hicieron la entrega del equipamiento y notificaron, el termino de la deuda que tenían. Mara les informo que ella continuaría ayudándolos, pero que ellos solo tendrían contacto con sus abogados, ante la sorpresa de los representantes del hospital Ammos agrego de manera despectiva, tan natural en el: -No pensarán que mi esposa, vendrá aquí-sus palabras denotaron todo el despreció que él sentía por ellos. -No somos peligrosos para... -trato de decir la doctora Debb. -Ah... me parecía extraño no escuchar sus necedades doctora-dijo Williams. -Lo que a mí me extraña, es que usted este aquí junto a su ex esposa, con su actual marido-respondió esta. -Vaya doctora, es evidente que mi presencia la excita, pero sepa usted que amo a otra mujer, muy bella, la cual me corresponde. Usted no tiene posibilidades conmigo, trate de no hacerse ilusiones y por lo demás usted doctora, no es de mi
Las horas pasaban, Mara estaba dormida en su habitación, ajena a lo que estaría por ocurrir. Habían comenzado a llegar diversas personas, vestidas con túnicas y al comenzar a recitar frases y cánticos, Williams comenta:-Es la hora... Ammos el momento ha llegado.Ammos dijo unas palabras en su idioma natal, para luego Williams subir por las escaleras, hacia la habitación donde se encontraba Mara.Abajo se hallaban los miembros del clan inclinados y recitando versos antiguos en su lengua. Ammos estaba de pie, en silencio, expectante.El al entrar en la habitación la descubre bella y se siente indefenso, un rugido de su corazón escapa, su momento había llegado y no sabía bien como proceder por primera vez en su vida.-Williams ¿desde cuando que estas allí?-pregunto Mara, un tanto dormida.-Desde generaciones-contesto él acercándose despacio, a la cama.Mara comprendió lo que ocurriría y se sentó en la cama, no temía sino que estaba algo preocupada.Él se sentó junto a ella y la beso. M
Estaban tensos y no pudieron ocultarlo en sus miradas.-¿Que pasa ahora?-pregunto Mara asustada ante sus rostros.-Nada cariño... por cierto Williams ¿estas al tanto de que nuestra esposa va de compras al supermercado? Hasta ha comprado pintura y clavos ¿qué opinas?-pregunto Ammos divertido ante la cara que coloco Mara ante su comentario.-¿Pero Ammos?-exclamó Williams al borde de la risa-¿Querida de compras? ¿Rodeándote de toda esa chusma? ¿Para que los clavos y la pintura?.... ¿Ammos ya no te obedece? Deberemos tomar medidas serias contigo querida-El reía, Mara solo lo escuchaba un tanto molesta.-Ríanse de mí... estoy aburrida y ustedes no me dejan hacer prácticamente nada, estoy presa aquí-las risas de sus hombres ahora eran más fuertes-¿Williams que me dices por lo del hospital?-Querida si no descuidas a nuestros hijos o a nosotros, sigue con esos insignificantes nativos. Aunque no lo merezcan, pero ten mucho cuidado, tu no eres como ellos y eso ellos lo saben. Estoy de acuerdo
Fue, sino hasta un control de Samuel que la tranquilidad duro, Ammos no pudo asistir por motivos laborales. Solo la acompañaron sus guardias personales. Dentro de la sala y junto con Mara y el doctor se hallaban Adam y Josh; Jim, Tom y Erick estaban fuera de la puerta.Todo marchaba normal, hasta que Mara mira asustada a Adam, este comprendió que algo ocurría y antes de que ella dijera alguien entró abruptamente en la sala, Aarón. De inmediato, Mara comprendió lo que él pretendía, llevársela, pero Adam se coloco delante de ella.El doctor no intento nada, le vasto la mirada de Aarón, un superior.Mara toma a Samuel en sus brazos y siente como Josh, la toma por la cintura. Nadie pudo detenerlo, Aarón era de rango importante entre ellos, aunque molestos, sabían que le debían respeto, aunque no le seria fácil llevársela.Aarón le ordena despectivamente a Adam que se retirara, este no lo no obedece y Aarón amenaza, con un leve gesto con sus manos.Unos minutos luego, Adam se aparto, impot
Mara le desabrochaba la camisa y desato el nudo de su corbata, dando pequeños besos en el pecho de Ammos. Este estaba resistiéndose pero no podía controlarse por mucho tiempo, su cuerpo, su respiración y hasta los latidos de su corazón estaban bajo el mando de Mara.-Hasta donde deberé llagar, para que me ayudes Ammos-decía Mara acariciando el cuerpo de Ammos. -Cariño, no tengo intenciones de acercarme a esos nativos y tu tampoco lo harás-respondía sintiendo el cuerpo de ella aferrarse a él-pero deberás obedecerme, en cuanto a la seguridad que tendrás, será alta, lo sabes y te asesoraran nuestros abogados.-Acepto-respondió esta acariciándolo en sitios que solo ella hacia.-Cariño... pero bajo nuestra supervisión... no debes confiar en ellos por.....-Ammos no te preocupes, los obedeceré-interrumpía Mara con un beso, perturbándolo más aún.-Cariño... no te preocupes no los despedirán... ya nos encargamos de ello. Ahora dime ¿qué obsequió me tienes?-pregunto mientras un escalofrío l
Tanto la navidad, como el cambio de año, pasaron sin pena ni gloria, antes de que Mara preguntara, Ammos comento que dichas fiestas, eran propias de los “asquerosos nativos” y ellos nada tenían que ver con ese tipo de actividades.En un principio, Mara se sintió incomoda, pero al transcurso de los días había olvidado el tema. Ammos disfrutaba de cada momento con su hijo y esposa.El peligro estaba acabando, en una rápida maniobra, había aniquilado a casi la totalidad de estos y Mara estaba tranquila por ello.Una, de las tantas tardes en que Mara jugaba ajedrez con Adam, Sarah le notifica que tenía una visita, esta solo miro preocupada a Adam, quien se coloco de pie. Cuando Sarah le comunica que se trataba del doctor Wesley Mara suspira aliviada.-No se preocupe señora-dijo finalmente Adam-Tom, Josh y Jim lo están acompañando y vigilando, cuando entre no se le aproxime, nosotros estaremos junto a él por si algo intenta.-No creo que intente mucho Adam-dijo Mara con una sonrisa cómplic
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