Capitulo 4

-Verdad solo pase rápido, no me gusta mirar a nadie tan fijamente como tu-le decía Mara mientras se reía por su comentario.

-Pero tu mujer no miras a nadie, estoy segura que las miradas fueron para ti, fueron demasiado evidentes y no es que sea yo una mirona, no-riendo Claudia, continuaba con las ironías hacia Mara quien también reía por el tema.

-¿Serán solteros? sino no importaría mucho ¿saben?-decía Mariela mientras los miraba y con su vaso de cerveza en bebía lentamente.

-¡Que loca!-reprendía Mara-como puedes decir eso Mariela y si es que son pareja o psicópatas, lo has pensado acaso o talvez sean unos degenerados buscando una nueva victima, solo Dios sabe por que estarán por estos lados, es obvio que no pertenecen al ambiente.

-Igual no me importa, total con el auto que tiene me sacrificaría con gusto, de paso ”probaría  otro corte de carne” de más calidad-comentó seriamente Mariela agregando-y saldría en el diario en la televisión.

-Déjala Mara si esta no tiene remedio, creo que “la calidad de la carne” no  cuenta por la ropa o el auto que tengan, además conmigo no es la cosa, es con Mara-y mientras le tomaba la mejilla se reía de esta.

-Se ven atractivos ¿no creen?-preguntaba Mariela desinhibida y decidida a no cambiar de tema.

-Yo no los veo bien, con la poca luz del lugar y más aún en el lugar en donde ellos están, es difícil distinguirles el rostro-comentaba Mara despreocupadamente sin dar más importancia al tema.

-Pero que has de distinguir si estás de espaldas a ellos, además tu no miras a nadie, nadie-expresaba Claudia disfrutando sus comentarios hacia Mara.

-Te equivocas Claudia-también riendo-cuando íbamos hacia el baño también los vi pero no los pude distinguir, como quisiera Mariela, lo que me recuerda que tengo que ir nuevamente al baño, se levanta de su asiento y comienza a caminar con dirección al baño, cuando escucha a Mariela decir fuertemente.

-Ah… pero esta vez, seré yo la quien te acompañe, de paso veo como anda mi suerte esta noche, con esos lindos trajes de allá-se para rápidamente y luego de guiñarle un ojo a Claudia comienza a seguir a Mara, quien ya estaba en camino.

Mientras todo esto acontecía, Claudia, notó que la pareja de enamorados se había ya marchado, sin ellas haberse dado cuenta, en cambio en la barra se hallaban unos hombres de rudo aspecto y con una cara de estar enojados o molestos por algo, su apariencia era definitivamente inquietante, ya que con la mirada en el espejo que se hallaba detrás de la barra, seguían con la mirada solamente a Mara, de ello si estaba segura, eran demasiado evidentes en ello. Parecían ser extranjeros, sus rostros, así lo dejaban ver, nada estaban tomando, ya que Claudia los miró con gran detenimiento, tenían una mirada intimidante, a su vez Claudia comprobó lo que Mara le había dicho, referente a la escasa luz del pub, como de la ubicación de la mesa ocupada por los hombres, a los cuales no se les podía ver con exactitud sus rostros, pero si notó, que al pasar Mara junto a ellos uno de ellos la miró fijamente, sin ser disimulado en ello, solo le clavó sus ojos a Mara, ignorando por completo a Mariela, que iba detrás de esta.

Cuando Mara iba atravesando el salón, notó también que la pareja de enamorados se había retirado y que los hombres sentados frente a la barra, la seguían con la mirada, pero creyó que sería por causa de Mariela, quien tenía una particular manera de hacerse ver, por lo que siguió con su trayecto al baño, cuando al pasar, cerca de la mesa ocupada por los dos hombres, siente un escalofrío que le recorría todo el cuerpo, haciéndola estremecer, en ese momento, ve que uno de los hombres la mira fijamente y ella cruza de manera circunstancial, su mirada con la de él, fue allí donde comenzó a sentirse caminar en cámara lenta, que aquel extraño la envolvía con sus ojos suavemente. La melodía en su cabeza, se hizo más fuerte, era Bach…???

Solo pudo verlo a él, era lo único que sus ojos podían ver, como si estuviese hechizada, por un antiguo y profano sortilegio, en ese momento escuchó desde el interior de su mente una voz que la estremeció dé tal manera que la dejó al borde del pánico, escuchó:

-¡¡¡Tu¡¡¡... -solamente fue eso lo que pudo oír antes de apurar el paso y entrar raudamente al baño, podía sentir que su corazón iba a salirse de su pecho, ni se percató el empujón que dio a la puerta del baño, seguida por Mariela, ajena al incidente de Mara.

Eran alrededor de la una de la madrugada cuando Claudia, estando sentada en el púb, observa a sus compañeras entrar al baño, llamándole la atención que el hombre que miraba a Mara, comienza a hablar con el otro que estaba solo viéndolo, como si estuviera esperando que algo ocurriese, solo comenzaron a hablar cuando las mujeres entraron al baño, mas extraño aún era que en ese instante los de la barra, la miraron a ella directamente y con desprecio, produciéndole miedo por tal actitud, por lo que les bajo la vista y trato de pensar en otra cosa.

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