Capitulo 7

La nueva ronda llega y algo había cambiado en Mara, ya no sentía tanto miedo y el hecho de haber contado su triste historia la colocaba de buen humor. Durante lo que restaba de la nueva ronda, las risas continuaron en especial por las miradas que Mara había recibido y por el comentario del bombón. Alrededor de las 2:45 Claudia ordena tajantemente:

-Ahora si que nos vamos o mañana pasamos de largo.

-Yo apoyo el comentario-decía Mara tomándose él ultimo sorbo y solicitando la cuenta, tanto la sensación de ser observada como los escalofríos no cesaban solo que ahora experimentaba algo diferente y no podía describirlo con claridad. La melodía no había cesado en toda la velada, solo en su cabeza.

-¡La cuenta!-gritó Mariela siendo sostenida y callada por Claudia quien le recrimina:

-Cállate y tu Mara me ayudas a sacarla hasta afuera, el aire fresco la calmara.

-Esta bien, a las tres nos calmara.

Una vez que pagaron, Mara se levanta de su asiento, para colocarse su abrigo, pudiendo notar, que los hombres que se hallaban junto a la barra, se ponen de pie y miran a los de la mesa, permaneciendo parados y en silencio.

Mara comenzó a inquietarse y luego de mirar a Claudia deciden tomar a Mariela cada una por el brazo y sacarla para afuera, apenas habían comenzado su trayecto hacia la puerta, vuelve a escuchar otra voz:

-Hey mírame... -esto fue suficiente para que se parara en seco y dirigiera su vista a la mesa del bombón, encontrándose nuevamente con la mirada de los hombres y un calor comenzó a recorrerle el cuerpo.

-¡Estoy loca!, ahora estoy escuchando otra voz por falta de una, me van a encerrar... esto no me puede estar pasando no a mi, voy a quedar loca.

Fueron tan rápido aquellos pensamientos que de pronto tomo a Mariela fuertemente y salió a la rastra con las mujeres, junto enfrente de la puerta vuelve a escuchar:

-No te asustes... ven-esta vez escucho como la voz reía suavemente, tal vez fue eso o la dulzura de aquella risa, que hizo que Mara soltara a Mariela del brazo y se encaminara hacia la mesa.

-Esta bien, solo espero que no crean que estoy loca-pensaba, teniendo la vista fija en los hombres.

-Eso jamás querida, ven hacia aquí-las palabras en su mente eran una bella melodía, era el tipo de sonido al que no podía negarse.

-Yo no...

-Tranquila, ya nadie te lastimara. Eso jamás.

De pronto Claudia la alcanza a tomar del abrigo y la jalonea, siendo esto suficiente, para que despertase del transe en que se hallaba.

-No te vas a colocar como Mariela, mira que con una por noche me vasta-dijo Claudia.

-No sé que hacia perdóname-contesto Mara, viendo a los de la barra que continuaban mirándolas.

-Tu deseas estar junto a mí... -retumba la voz en su cabeza-Ven…

Mara quien ya estaba en un posible colapso, sale raudamente del lugar arrastrando, ahora si, a sus compañeras, una vez afuera se encontró con la cara de sorpresa de Claudia quien aun tomaba a Mariela.

-¿Estas bien Mara?-pregunto Claudia tomando fuertemente a Mariela que comenzaba a tambalear.

Está tardo en responder, ya que estaba viendo un segundo auto, con patente extranjera fuera del púb y se cruzó miradas con Claudia, que recién se percataba de ello.

-Si, crees que este sea de los que estaban en la barra-respondió un tanto confundida y comenzando el regreso a la pensión en un completo silencio.

-Tal vez, los autos se parecen y los tontos también-agregaba Claudia.

-Yo estaría feliz con un solo tonto de esos-decía Mariela. Ambas la miraron y continuaron el trayecto un tanto intrigadas.

A medida que avanzaban Mariela iba hablando de como le gustaban los hombres y Claudia la reprendía, Mara solo se reía de las ocurrencias de su compañera, a mitad de trayecto las mujeres notan, que frente a la pensión se hallaba estacionada una camioneta, fuera de esta se hallaban unos hombres parados, de los cuales uno hablaba por teléfono.

Como la distancia, no era suficiente, solo pudieron notar, que las estaban mirando a ellas o eso creían.

A medida que se acercaban descubrieron que la apariencia de estos era similar a los de la barra, serios con una mirada fría y muy intimidante, su aspecto más bien, era de ser extranjeros. Vestían completamente de negro y llevaban unos abrigos largos abiertos, ellos estaban allí de pie, solo viendo como ellas se acercaban a la pensión.

-¡Hey! Chicas... es una ilusión óptica o hay lindos hombres frente a la pensión esperándonos-comentó Mariela un tanto mareada aun y siendo sujetada por sus compañeras.

-No es una ilusión, hay dos afuera de la pensión-contesta Mara un tanto inquieta en ese momento sus pies le pesan demasiado, como para continuar con el paso que llevaban, por lo que las mujeres comienzan a caminar mas lento. Deseaba ir hacia la voz que había escuchado.

-Es cierto hay bombones frente a la pensión-añade Claudia no pudiendo evitar la risa.

-¿Cómo no se te va a ocurrir nada mejor que bombón?-criticaba Mariela mirando a los hombres.

-Eso, algo mas adecuado para la situación... no se como un, “si te agarro te desarmo” o como dijiste que era bastante lindo y atractivo, le hubieras dicho hasta un “mijito rico”, algo mejor que “bombón” que es bastante tonto-decía Claudia mirando a los hombres que ahora se colocaron firmes (como  militares), uno junto a la entrada de la pensión y el otro cerca de la camioneta.

-¿Estas bien Claudia?-preguntó Mara, deteniéndose en seco junto a su compañera.

-Si, no te preocupes, como te decía le hubiese dicho algo mejor que lo que dijiste, “te secuestraría y me perdería en una isla desierta contigo”-en su interior el miedo por la actitud de aquellos hombres se estaba apoderando de ella y no deseaba que sus compañeras lo notasen.

-Claro, eso hubieses dicho y no algo tan tonto como bombón-reía burlescamente Mariela, quien ahora estaba viendo a los hombres frente a ellas, los cuales solo estaban de pie observándolas. Para finalmente preguntar a sus compañeras:

-Reconozco que estoy un poco mareada, parece que me cayo mal algo, pero quisiera que me saquen de una duda ¿estos no se parecen algo a los del púb?

-Estoy segura que algo te debió haber caído mal y si se parecen bastante a... los otros bombones-respondía Claudia entre las risas de sus compañeras, las cuales se escuchaban en toda la cuadra.

-Y bueno que les puedo decir, hace tiempo que no salgo y no veo a nadie tan lindo y menos aun, junto a otro que estaba igual de bueno, estoy un poco alejada de las pistas, se podría decir-explicaba Mara.

-No te preocupes por eso, para eso llegamos nosotras cuando termínenos contigo nadie te va a reconocer-balbuceaba Mariela siendo corroborada por Claudia.

-Si... ya verás... te dejaremos como flecha, total hay cosas que nunca se olvidan, solo té falta un empujoncito-decía Claudia haciendo una seña con sus manos.

-Eso es verdad, como tu bombón te movió el piso, me estoy acordando que a mí hace tiempo que nadie me lo mueve-reflexionaba Mariela.

-¿Quiénes serán estos tipos?,  no parecen ser de estos lados.

-Tienes toda la razón Mara, tienen el mismo tipo de ropa que los de la barra, ¿se acuerdan?, también el mismo corte de pelo y la misma cara de pesados, “cara de chupetes de fierro”-respondía cada vez mas preocupada Claudia.

-Tal vez anden con tu bombón-comentaba Mariela, tambaleándose por el alcohol.

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