Capitulo 3

Toma una bocanada de aire y luego un buen sorbo de cerveza, aunque era imposible, Mara sentía como si la estuvieran escuchando, pero no sus compañeras sino....... es una locura pensó finalmente.

-Si la cerveza te hace hablar por su efecto “diabético” bueno... halla tu, pero sigue “echándole”-comentó Mariela no pudiendo mas de curiosidad, la espera la estaba volviendo loca y junto con la expresión en su rostro hacia de ella una imagen divertida, tanto que sus compañeras no podían dejar pasar la ocasión para burlarse de esta, la cual y debido a su temperamento les seguía la corriente.

-Bueno-dijo Mara con su rostro sombrío-creo que todo comenzó cuando yo estaba estudiando en la universidad, como hace tres años aproximadamente, cursaba el quinto año de biología marina cuando lo conocí, su nombre es Julio y él estaba en la misma carrera que yo, solo que había egresado y estaba haciendo su tesis.

El comienzo de nuestra relación fue como en los cuentos de hadas-en ese instante a Mara se le escapo un suspiro-así de perfecto era.... al año de conocerlo comenzamos a vivir juntos, como pareja.

Él es de esta región.... siempre decía que era muy bella y tenía mucha razón, por lo menos en eso la tenía, pensábamos que una vez libres de la universidad no podríamos venir a instalar aquí.

Yo, debo reconocer que no tenía la más remota idea de que hacer luego de recibir el título y menos aún en venir a vivir aquí.

Mi familia..... somos-un escalofrío la estremece de golpe-como les decía somos tres hermanos, yo soy la menor, con los cuales no tengo contacto alguno, es mas ni siquiera con mis padres lo tengo, nunca entendí por que pero jamás me aceptaron y a decir verdad eso es algo que no me quita el sueño.

Tal vez fue una por las razones por las que me aferré tanto a Julio, todo en mi vida estaba bien y tenía sentido hasta que él llego a mi vida.

El comienzo de nuestra relación fue un tanto extraño, lo reconozco, Julio era muy discreto con ello, por ejemplo, no deseaba que ni sus amigos ni los míos se enterasen de lo nuestro, por ningún motivo, explicándome que solo era para evitarnos preguntas y situaciones tontas por parte de estos, por ello nos veíamos a escondidas y cada vez que podíamos, al vivir juntos, al principio, la cosa no cambio mucho, yo me sentía por primera vez querida y apreciada, por lo tanto y sin tener nada que ocultar hacia caso de sus tontas reglas y así no discutíamos, debido a que nuestra relaciona iba cada vez mejor decidimos comunicárselo a mi familia, la que para variar nada me dijo al respecto.

Al verano siguiente mis hermanos nos invitaron a pasar unos días con ellos y así conocer a Julio. Yo no creía lo que me estaba pasando y aceptamos la invitación, al principio nada dijeron, finalmente lo aceptaron y trataron como jamás lo habían hecho conmigo.

De regreso a nuestra casa y llevando siete meses de convivencia, Julio término su tesis y yo con mis estudios, comenzando con la tesis, teníamos mas tiempo para estar juntos, al tiempo, Julio consiguió un trabajo mientras yo terminaba con la tesis, para finalmente venir a establecernos aquí.

En ese instante Mara hace una pausa, toma cerveza y después de comprobar que tenía cautivadas a sus compañeras, solicita la tercera ronda de cervezas, prosiguiendo con su relato.

-Bueno... -una extraña idea se introduce en su cabeza, la de que alguien estuviese tatareando una melodía que alguna vez escucho, pero eso era imposible... la cerveza pensó-bueno, yo termine con todo lo referente a mi carrera, ambos por fin estábamos listos para venir hacia estas latitudes.

Todo estaba bien y tranquilo cuando de manera imprevista, un día antes de tomar el vuelo tuvimos una acalorada discusión con Julio, realmente fue una estupidez, pero tan intensa que nos impidió tomar el vuelo, luego de nuestra discusión él se fue, no sé a donde y no regreso sino hasta tres días después, jamás supe en donde estuvo, por mi parte yo pensaba mudarme hacia el norte, lejos de donde él pudiera estar, para olvidarlo creo; de pronto él apareció en la casa, justo antes de que yo me marchara y antes de que yo pudiera decir algo, me propuso matrimonio y me entrego un anillo de compromiso, realmente me tomo por sorpresa.... reconozco que no lo pensé mucho y acepte, junto con prometer que nunca le preguntaría en donde había estado esos días.

Pusimos fecha, elegimos el día 13 de febrero, un día después tomamos el vuelo a la región.

Sería mediados de septiembre, cuando Julio me pidió que adelantásemos la fecha del matrimonio, mi familia como la del, se opuso rotundamente, pero nos casamos el 29 de septiembre. Los primeros meses los no tuvimos ningún inconveniente, ya que trabajábamos y era poco el tiempo en que nos veíamos con su familia yo tenía una buena relación, por lo menos eso creía, el solo tiene una hermana y está casada, ambos padres viven con ella. De pronto un escalofrío le recorrió la espalda y la melodía que invadía su cabeza cesó abruptamente, ya todo estaba normal dentro de sí misma.

Fue en diciembre, que le notificaron que no seguiría trabajando en la empresa y mi calvario empezó, ya que yo continuaba trabajando, en un principio solo eran celos por diferentes motivos, todos sin fundamentos.

Después él comenzó a tomar alcohol y con ello su agresividad comenzó notablemente, tanto que una tarde se dirigió hasta donde yo trabajaba y provocó un escándalo de gran proporción, tanto así que en esa misma tarde me despidieron y al llegar a casa él me abofeteo…-Mara tuvo que tomar una bocanada de aire o rompería a llorar.

Esa navidad y ese año nuevo fue una guerra para mí, su familia me culpaban por como se encontraba Julio y se lo llevaron consigo, dejándome sola, mi familia al enterarse me dijeron, que era mi problema y cortaron el teléfono.

Todos nuestros enceres de casa y demás posesiones se las quedaron su familia... ¡hasta mi ropa!, ellos nada querían conmigo y Julio si me veía no me dirigía la palabra y mucho menos la mirada.

En febrero fue la última vez que lo….

Estaba  con otra mujer, no  supe que hacer todo lo que tenía se derrumbó en dos meses no lo podía creer ni mucho menos asimilarlo.

Llegue a pensar que todo fue culpa mía, no sabía que hacer (una lagrima se habría paso por su mejilla izquierda).

Una mañana, escuché que en una empresa faenadora de salmones tomarían personal y me presenté al trabajo, con la suerte que me aceptaron hace un año que estoy aquí y en donde no tengo contacto con nadie, menos con mi familia. Sé que Julio trabaja en una empresa del sector, acá en el puerto, pero no me he hecho de ánimos para ir a verlo, tengo miedo que... en fin tengo miedo de cómo pueda reaccionar al verme.

Es por ello que no salgo por temor a encontrarlo.

Luego de un silencio por parte de sus oyentes y de terminar con su cerveza Claudia hizo una señal al mozo y se venía otra ronda.

-¡Guau!..... -exclamó Mariela-Ahora entiendo por que no sales, hablas con nadie y andas con esa cara todo el día. ¿Y todavía lo quieres?

-No creo, después de todo este tiempo, comprendí que solo fue una locura.

-Una tremenda locura-agregó Mariela-¿tu familia te dio la espalda?

-Eso parece, tampoco he sabido nada de ellos, durante todo este año y realmente no me interesa saber- comentaba Mara tristemente.

-Pero tus cosas ¿qué pasó con eso?-preguntaba Mariela con un rostro cada vez más estupefacto.

-Se las quedó su familia... creo... en fin eso no es nada en comparación con lo demás que he pasado-expresaba Mara reconociendo para sí misma que no le había costado mucho hablar de su pasado.

-De eso estoy segura-intervino Claudia-salud muchachas, por nosotras y por lo que venga sea mejor, definitivamente, ¡¡SALUD!!

-¡Eso! Brindemos, ahora que ya sé tu historia Mara, solo tengo ganas de ahogar tus penas en alcohol, junto con las mías, claro está-decía Mariela provocando risas en sus compañeras, para luego unírseles.

Las mujeres continuaban su conversación, ajenas a las miradas de aquellos hombres, el movimiento del púb se desarrollaba con tranquilidad, al igual que en el puerto Mara sentía de manera esporádica, unos escalofríos, pero no tenía frío además de esa extraña sensación de ser observada y de la melodía, lo cual era imposible, pensaba, quien estaría interesado en ella y mucho menos en sus pensamientos...

La conversación prosiguió en torno al tema, las mujeres le preguntaban a Mara, como era que dejó todo, como era posible que no quiso trabajar en su profesión y se puso a trabajar en la planta, que era algo en donde ella no debería estar, no por el trabajo sino por la preparación que ella tenía.

Mara solo le respondía, que cuando le ofrecieron el trabajo solo era para la planta de salmones, nada había para que se desempeñara en su profesión, como la situación que estaba atravesando, la tenía prácticamente en la calle, tomó el empleo. Además, con este podía tomar pensión en la casa donde vivían, en la cual le hacían un pequeño descuento por trabajar en la empresa, por un convenio que tenía con la dueña de la casa, sin contar con el hecho que no tenían un centavo luego que la familia de Julio la había dejado en la calle.

-En fin-expresaba-al estar trabajando acá, nadie podría encontrarme si es que desearan buscarme, por cualquier motivo, así yo podría estar tranquila y pensar en que haré, me alejaría de los posibles problemas que tanto Julio con su familia me traerían, si conociesen mi paradero, por mi familia dudo que me hallan recordado últimamente.

Es así como me he recluido en este lugar, en donde ya llevo un año en completo aislamiento de los míos...

-¿Y ya sabes que hacer? Digo ¿que es lo que as pensado en todo este año?-preguntaba Mariela mientras miraba con dirección al baño disimuladamente.

-Si deberé arreglar mi situación civil primeramente, ver por lo de mi carrera, todavía no tengo clara esa parte de mi vida. Pero no sé, me complica todo esto, aún no se como empezar desde cero nuevamente, estoy agotada- decía Mara mientras tomaba su cerveza, suspirando una vez que terminó su respuesta.

-¿Pero como?.. Aún no sabes si ejercer tu profesión, por la que estudiaste tantos años, yo creo que deberías repensar tus ideas mujer-mientras decía esto, Mariela le hacía una seña a Claudia indicando a los hombres que se hallaban al otro extremo del púb y que no dejaban de observarlas, Mara estaba ajena a tales movimientos de sus compañeras y también de la mirada de los hombres.

-Lo que tengo claro es que me separo definitivamente, pero tengo miedo de volver a ver a Julio, no se que tipo de escena podría hacer y lo que allí podría ocurrir, no se chicas, se que tengo que continuar con mi vida, pero me da pavor volver a verlo, a él o su familia, también en recomenzar sola, aunque me he acostumbrado a estar sola y en especial... al silencio-comentó tímidamente.

-Hummm..... parece que hoy estamos de suerte muchachas-comentaba risueñamente a sus compañeras, Claudia-o por lo menos ustedes, yo estoy un poco fuera de forma, para que un hombre que no sea mi marido, me vea de esa manera, desde que llegamos al púb que no nos han quitado la vista, es mas, cuando fuimos al baño Mara, los dos hombres solo te miraron a ti y bastante evidente fue, que yo me di cuenta, estoy segura que ni te diste cuenta, ya que ni los miraste, solo pasaste rápido al baño.

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