Vicente Cooper.
Decido regresar a mi habitación, camino con cautela de regreso a la posada y cuando doy la vuelta al pasillo veo a Angél corriendo hacia mí.
- Vince - llama angustiado y siento que se me encoge el corazón - Hay una araña en nuestra habitación, es enorme.
- Cálmate, ella no te hará daño.
- Tengo mucho miedo.
- Ven conmigo, ella no te hará nada - Tomo su mano, pero ella no se mueve - Vamos - La atraje fuerte, pero suavemente.
Cuando entramos en la habitación noto su palidez, empieza a aspirar aire con fuerza ya temblar.
- Cálmate, ángel - La acerco a mis brazos.
Oímos un ruido proveniente del baño y ella salta asustada, la suelto para ver qué pasó y se sube a la cama.
- Vince, ten cuidado - pide - Mata a ese animal.
Cuando entro al baño y veo a la araña, casi me río, el pobrecito es del tamaño de una canica y está quieto junto a la ventana, el ruido que escuchamos fue al verlo derribar un jarrón que estaba encima del fregadero.
-¿Por qué no fuiste tras tu cita? - le dije