Mi habilidad Cap 5

Korina fue por aceite y colocando en la mano está las empezó a mover hasta calentarlas, posteriormente, se los puso en el cuello y empezó a darle leves masajes.

— Se siente muy bien, me parece bien que quieras continuar estudiando y creo que esta sí es tu vocación, dime, ¿Qué te hizo no continuar estudiando? — Esto relajó muchísimo a Don Darío.

En lo que la llevo un rato masajeando sintió que ya se le había bajado el nudo que tenía, por lo tanto, dejó de masajear y este despertó de inmediato.

Ya le habían dicho a Korina que a él no le gustaba las mentiras, por lo tanto, decidió confesarle todo sin importar la decisión que tomará. Al final era por el bien de su hijo y de ella misma, también estando enterada de que cometió un gran error en dejar toda su vida atrás por un hombre que al final ni siquiera la valoró.

— Estuve con una pareja por más de 6 años prácticamente, yo dejé de estudiar para ayudarle a él a que sacara la carrera de ingeniería en la salud. Después quedé embarazada y me sacó de trabajar, por lo tanto, cuando tuve a mi hijo que apenas tiene dos meses este me confesó que ya no me quería y que tenía otra.

Es prácticamente la razón del cual no continúe estudiando y ahora estoy buscando esta oportunidad de trabajo para poder concluir con lo que deje hace tiempo de lado y darle un mejor futuro a mi hijo —

— Interesante — Don Darío se quedó analizando las palabras de ella, prácticamente sintió feo al ver que era una persona muy hermosa y sencilla, solo necesitaba tener esa oportunidad.

Esperaba entonces que con la oportunidad que le estaba dando pudiera concluir con sus metas, al final no esperaba que ella durara con él un montón de tiempo, estando enterado que en este trabajo todo era temporal.

— Ya termino tu jornada de trabajo, te puedes retirar —

— De acuerdo y gracias de nuevo por la oportunidad — Korina tomo el bolso que le dieron, se fue a los vestidores para cambiarse y dejar las joyas donde le indicaron.

En el bus, ella puso una gran sonrisa y al menos su primer día fue muy exitoso. Entendiendo el comentario de Don Darío de mejorar unas cosas y no era complicado de realizar.

Por su parte, Farid ingreso a la oficina de Don Darío para recoger los informes revisados y firmados para continuar con sus funciones — ¿Don Darío como le fue a la señorita? —

— Farid se comportó como lo esperaba y sus manos son muy habilidosas, sí me gusta y esta perfecta para el puesto — Sin mucha explicación le dio su comentario y terminando los documentos.

Farid se quedó mirando a Don Darío y se preguntó si paso algo entre ellos, al decir que sus manos son habilidosas le molesto — Entonces espero al menos unos meses no tener que seguir buscando —

— Sí, me retiro —

Al llegar a casa Korina lo primero que hizo fue buscar a su bebé y con una gran sonrisa él le alzaba sus manos para estar entre sus brazos — Madre como se comportó —

— De lo más bien, no molesta para nada, ¿Cómo te fue? —

— Bien y solo debo mejorar unas cosas, pero Don Darío no lo vi molesto y creo que si me va a dejar —

— Bueno, entonces solo cuida lo ya comentado, sé que puedes —

— Gracias y lo hare —

Durante todo un mes Korina estuvo llegando a las 5 de la tarde puntualmente para poder continuar con todos los deberes y obligaciones que tenía al tener ese puesto al lado de Don Darío. Paralelo eso, al mes siguiente buscó una universidad para continuar con sus estudios, la idea era tener el técnico o por lo menos un bachiller en lo que era fisioterapia.

Al darse cuenta de que había perdido tanto tiempo, decidió mejor empezar de una vez, sin darle más tregua a esta situación por el cual pasaba.

Farid ingreso a la oficina de su jefe y al ver dormida a Korina le molesto — Don Darío, ¿Por qué permites que duerma?, está en horas laborales —

— Déjala y puedes retirarse Farid —

Don Darío había visto que últimamente estaba muy cansada, se preguntaba si era que su bebé le estaba dando inconvenientes y no la estaba dejando descansar, sin embargo, en ese día ella llegó aún más agotada y se quedó dormida.

— De acuerdo y te dejo estos documentos —

— Déjalo en el escritorio — No tenían visitas, también pensó que por eso se aburrió y comenzó a dormirse, se acercó a ella para ponerle una sábana.

Al llegar la mañana Korina se despertó y miró todo a su al rededor, pero unos ojos avellana se pusieron sobre ella, serio y sin expresión alguna esperaba su reacción.

— Don Darío lo lamento, sin querer me he quedado dormida, sinceramente, estaba muy cansada. Y no me di cuenta, como he tenido que venir todos los días tampoco he tenido tiempo de descanso. De verdad espero que me disculpes y no me quites la oportunidad de trabajo — Roja y bajando su cabeza solo esperaba su comentario y el despido.

Subiendo su ceja se quedó analizando lo comentado — ¿Me estás diciendo que durante estos dos meses no te he dado ni un solo día de descanso? —

— A sí es, me indicaron que usted me avisa que día podía tener, pensé que estos meses me necesitaban todos los días —

— Con razón estás tan cansada y lo normal es que tengas por lo menos un día a la semana. En este caso mejor ven hasta la próxima semana, que este fin de semana puedas descansar como corresponde, tómalo como los días que te debo, te veo el próximo lunes ve a descansar —

Abriendo sus ojos no esperaba eso — Pero apenas es martes —

— Dije, tómalo como los días que te debo — Reaccionando y comprendiendo el cansancio, agregando su postura no lo quería discutir mucho.

— ¿De verdad me esperaras hasta el próximo lunes? — Con temor, pero queriendo asegurar su posición le pregunto.

Darío dejo de hacer el informe a un lado y se le quedó mirando, estaba por decirle una grosería, pero al ver su expresión de preocupación se dio cuenta que temía que la dejará sin trabajo — Vete y te veo el próximo lunes —

Korina se levantó y se acercó a él, sin pensarlo dos veces lo abrazo con cariño — Muchas gracias, lo veo el lunes —

Con una falta de expresión y emoción se le quedó mirando, ella lo abrazo cuando sabe que no puede hacer eso y nuevamente estaba por decirle algo cuando miro su sonrisa.

Esa sonrisa lo dejo sin poder expresar lo que quería decirle — Ya vete y no hagas eso niña —

Sin más ella se fue, se cambió de ropa, estaba tan contenta y a la vez como lechuga al haber dormido toda la noche, también asustada, pero lo tomo bien Don Darío.

Y sin más se acercó a ella Farid — Señorita Korina qué sea la última vez que duermes en horas laborales, recuerda que solo tienes una oportunidad —

— Sí, lo lamento y lo veo el lunes —

Rápidamente se fue y con una sonrisa tenía unos días para descansar, estudiar y estar con su bebé.

Algo incomodo se acercó a la oficina de su jefe y nuevamente la complace — ¿Don Darío por qué regresa Korina hasta el lunes? —

— Durante estos dos meses no le había dado su día libre, no lo tome en cuenta, por eso regresa el lunes — Sin mucho detalle le dio el comentario.

— Entonces jefe, ¿Solo le rebajo el salario de ayer? —

Don Darío lo pensó, pero cuando le puso la sabana la vio bastante agotada y no la quiso despertar — No, de cierta manera es mi culpa y no le había dicho a ella que día podía tomar de descanso, es claro que se le acumuló y el lado bueno es que no enfermo, la necesito para la próxima semana —

— ¿Por qué la defiende tanto?, se puede buscar a otra dama — Ya molesto le reclamo y es la segunda vez que la cubre.

— Ella me agrada y es muy habilidosa con sus manos — Una leve sonrisa se marcó en los labios de Don Darío y analizaba esa habilidad.

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