Enzo
Estaba sentado en el bar del hotel, tratando de calmar los nervios antes de intentar llamar a Nina, cuando de repente sentí una mano delicada en el hombro y una voz muy familiar.
"Vaya, vaya... qué casualidad encontrarte aquí, Enzo".
Me giré, y fue entonces cuando la vi: Mila.
"¿Mila?", pregunt