Nina
El corazón me golpeó contra las costillas cuando los aullidos helados volvieron a sonar fuera de la oscura casa. Los lobos nos tenían rodeados. A mi lado, Daphne temblaba de miedo. Se volteó hacia mí, con los ojos muy abiertos y el pelo rojo enmarcándole la cara.
"¿Qué hacemos?", susurró, miran