Nina
“¿Qué te ha pasado?”, dijo Enzo en cuanto cerré la puerta, corriendo hacia mí, cogiéndome los hombros con las manos y mirándome de arriba abajo. Me encogí de hombros y atravesé cojeando la habitación, donde me quité los zapatos llenos de barro y me senté en el escritorio para descansar la pier