Mundo de ficçãoIniciar sessãoAila POV
El despertar fue lento, una subida a través de capas de una oscuridad espesa y algodonosa. Lo primero que registré fue el frío. No era el frío húmedo del bosque, sino un frío seco, penetrante, un frío de piedra y hielo que parecía meterse directamente en mis huesos, ignorando la tela de mi vestido.
Abrí los ojos. La luz era escasa, una luminiscencia gris y sin vida que se filtraba desde unas altas y estrechas aberturas cerca del techo. No era la luz del sol, ni la de la luna. Era una luz muerta, como la de un cielo perpetuamente nublado.
Estaba acostada en una cama, si se le podía llamar así. Era una losa de piedra negra pulida, cubierta con pieles oscuras y suaves. Me incorporé, mi cabeza palpitando con un dolor sordo, y mi







