— Bien, vayamos – dijo el rubio deseando hacer algo mucho mas delicioso.
—¿En serio? – cuestiono Leia casi incrédula.
—Sí, me cambio y bajo— le dijo y sonrió al verla sorprendida y con un indicio de sonrisa asomarse por sus rosados labios.
—Bien, entonces te esperamos abajo — dijo todavía incrédula y se apresuró a desaparecer de ahí.
—Leia— la detuvo al sujetarla del brazo— Tenemos una conversación pendiente – el rubio la miraba directamente a los ojos.
Ella asintió y terminó mordiendo ligeramente su labio, por la promesa de problemas que esa conversación le representaba.
Caleb notó su labio ser torturado por ella y la jaló para besarla, se complació al escucharla gemir, tal vez nerviosa, y sentir sus redondos senos pegados a su camisa, soltó su brazo y la envolvió en un abrazo, con su mano libre la tomó de la nuca y la obligó a dejarlo profundi