—Sólo esta vez— presionó él al apoyar su mano en el escritorio, dispuesto a no dejarla pasar.
Leia frunció el ceño al verlo.
—¿Por qué? — preguntó seria. Que él se interesara en ese tipo de cosas, era muy peligroso para ella… y Edrick.
—¿Estás o no con él? — presionó viéndola a los ojos. Los ojos azulinos atravesaron los azulinos buscando una verdad. Leia tensó su mandíbula.
—Sí— dijo luego de un momento, viéndolo a los ojos.
Él sonrió soberbio. Mentirosa.
Apoyó la otra mano y ella se tensó y desvió su rostro, pues los labios de Caleb quedaron casi sobre los suyos.
La proximidad de sus cuerpos comenzó a hacerles mal.