Mundo ficciónIniciar sesiónValeria tuvo que reconocerlo, aunque le pesara: Leonard tenía un gusto impecable.
El vino era perfecto, la comida equilibrada y el ambiente… tan calculado que resultaba imposible saber si realmente lo había hecho por ella o simplemente era su manera habitual de vivir. Le reventaba admitirlo, pero en aquella mesa todo estaba exactamente en su lugar.Cuando regresaron a la oficina, descubrió que su vestido de novia y las bolsas con la ropa que Daniel había comprado ya no estaban allí.
Leonard, sin levantar la vista de su móvil, zanjó el asunto con naturalidad: —Ordené que las llevaran a la mansión. No tení






