Mundo ficciónIniciar sesiónEl teléfono aún temblaba sobre la mesa cuando Helena lo dejó boca abajo, como si el simple hecho de no mirarlo pudiera detener la amenaza. Ninguna habló durante unos segundos. Ni Blanche, ni Mady, ni Helena respiraron con normalidad.
Pero la guerra no podía pararlas. No hoy.
Helena fue la primera en recomponerse. Enderezó la espalda, tomó aire y volvió a su tono de ejecutiva dura, implacable y controlada.
—Bien. —Golpeó la mesa suavemente—. Ya abordaremos esta amenaza. Ahora necesitamos resolver lo inmediato: L’Atelier Blanche no puede detenerse ni un solo día. Necesitamos producir, avanzar y proteger el diseño.
Mady asint







