79. ¿Donde está?
—Eres un maldito cobarde, Russell — se dijo a sí mismo el americano mientras golpeaba con fuerza el saco de arena que tenía frente a él.
Golpe tras golpe, se decía lo imbécil que era, y lo cobarde que era, sus manos se encontraban ahora maltrechas, casi a punto de que sus nudillos se rompieran al golpear el saco de arena sin ningún tipo de cuidado y con mucha fuerza.
Bradley encontró a su jefe y amigo sudado y enfadado en el gimnasio, él solo soltó un suspiro porque sabía que era o mejor quien era el que lo había llevado hasta ahí.
Era curioso el contraste que él podía observar en su jefe y mejor amigo, la frialdad con la que mataba a sus enemigos y la forma que parecía perder la razón por solo una persona.
—¿Dónde está?— fue lo que le pregunto Russell a su amigo y mano derecha.
—Si preguntas por el príncipe ruso, salió no hace mucho, a considerar por la cara que tenía, parecía que no estaba de buen humor y que tenía más prisa por salir, que por quedarse.
El rey negro no dijo nada, to