SEIK
Estas últimas semanas han sido un caos. Encontrar a la cachorra en el bosque lo cambió todo. Aumentamos las guardias, extendimos los despliegues y ahora vivimos en un estado de alerta constante.
Las tensiones con los vampiros no ayudan.
Los miemebros del clan Kalo merodean con demasiada frecuencia por los límites del territorio, pero sin pruebas concretas, no podemos confrontarlos ni interrogarlos. Ese vacío de respuestas me irrita, como una espina clavada que no puedo alcanzar.
En medio de todo esto, el acercamiento con Marcus ha sido un respiro inesperado. A pesar de la carga de trabajo que amenaza con devorarme, he encontrado tiempo para entrenarlo una vez por semana. Es más que una rutina; es un espacio para conectar, para enseñarle y, en parte, para recordarme que no todo está perdido.
Al principio, pensé que pedirle que me llamara "padre" podría ser demasiado para él... pero al ver su rostro iluminarse, la forma en que inclinó la cabeza con respeto y orgullo, supe que hab