Después de la cena, Ximena se dirigió al cenador del jardín empujando su silla de ruedas, seguida por Mariana.
Una vez allí, Mariana revisó que no hubiera nadie cerca, y sacó un documento de su bolso.
Ximena no necesitó mirarlo.
El rostro de Mariana, lleno de conflicto y tensión, ya le había dado la respuesta que temía.
Con calma, Ximena tomó el papel y lo dobló cuidadosamente hasta formar un pequeño cuadrado.
—Ena, ¿qué vamos a hacer? —Mariana se arrodilló frente a Ximena, sujetándola firm