Después de que Nathan saliera de la oficina Michael se sumergió en una pila de documentos que tenía que revisar, las horas pasaron y alrededor de las cuatro de la tarde recibió una llamada, reconoció el número al instante y contestó sin demora.

-Nana. ¿Está todo bien?

-Si señor. Sólo llamaba para avisarle que la señora y yo fuimos a la clínica y ya le han tomado las muestras de sangre, orina, copro y radiografías necesarias para su historial clínico, estamos regresando a casa, todo salió bien y sin contratiempos, la señora está un poco cansada y sin energías debido al ayuno pero prefirió comer en casa, así que ordené que le prepararan algo ligero y saludable para comer cuando llegue y evitar que lo que coma le caiga pesado en el estómago.

-Entiendo, te agradezco Nana, cuando lleguen a casa avísame.

-Sí señor.

Ambos colgaron la llamada al mismo tiempo, Michael suspiró aliviado, tal vez pronto sabrían cuál era el estado de salud de Sofía y si necesitaba cuidados específicos o solamente