Axael deja de preocuparse tontamente por lo que va a utilizar durante el tratamiento, también deja en el olvido todas esas frases llenas de inseguridades y miedo, ya que constantemente niega y sonríe recordando como estamos vestidos.
Por eso, cuando vamos a la habitación de tratamiento, aunque ella se muestra nerviosa sonríe al ver a los chicos apoyándola.
— Jamás me esperé algo así. Esto no es muy mafioso de su parte. — dice Axael.
— No es mafioso pero si es uno muy amoroso. Recuerda que para ti no soy el jefe de la mafia sino el hombre más importante de tu vida. — digo y ella sonríe negando.
— Estás loco.
— Mi terapeuta dice que estoy bien pero si tú crees que estoy loco, no hay problema. Los locos viven felices en su mundo y tú eres mi mundo. — digo sonriéndole.
Los doctores vienen con su tratamiento y ella de inmediato agarra con fuerza mi mano. Aunque quiero decirle muchas cosas cargadas de amor, en estos momentos no va a escucharme porque está presa del pánico.
— Esto va a doler