El día ya es una mierda, ni siquiera puedo digerir bien mi propio veneno porque hay muchas cosas que analizar y viene este maldito hombre a molestarme con su presencia cuando lo necesité hace varios minutos y mi mujer lo necesitó toda su vida.
— ¡Maximiliano, detente! ¡No puedes lidiar todo con golpes!— Lo dice el hombre que acaba de golpearme para que reaccione. — digo con frialdad y a mi padre le importa poco ello.— Es la única forma que sé hacerte reaccionar, yo no voy a terapia para manejar mis emociones, pero tú sí.El hombre que he golpeado, se queja mientras una enfermera corre para auxiliarlo, como si lo conociera o fuese paciente de aquí, pero es imposible, su ropa no es la vestimenta que usan los pacientes de este lugar y aunque así lo sea, no me importa.— ¡Señor Robert! ¡¿Cómo se encuentra?!— Lo r