Lo reconozco se siente espectacular que él me proteja tanto, que incluso lo haga de sus propios enojos. Porque aunque evidentemente merece ser regañada por lo que he hecho, lo que puede evitar lo voy a evitar.
— Tranquilízate, por favor. Ya he reconocido que es mi culpa así que no me asustes.— ¿Asustarte? — preguntó confundida.— Tu corazón es débil y estás embarazada, lo menos que quiero ahora es asustarme contigo porque te sientas mal.— Me encuentro perfectamente, amanecí bien. No te preocupes. — digo separándome de él.— Sí, de eso no tengo dudas, te encontrabas perfectamente en la mañana al punto de hacer tantas travesuras. A lo que me refería era que hiciera algo que me hiciera correr contigo porque te sorprendieras tanto con lo que estaba por hacerte que tuviera que llevarte al hospital.‘Mejor