Carla esperó paciente a que los niños se fueran a dormir una siesta para poder conversar con su esposo de lo que sea que esté ocurriendo.
-¿Qué sucede amor?- preguntó preocupada la joven, sentándose en el sillón delante del de su esposo. Que estaba tomando un vaso de Whyski con la mirada a lo lejos, pensativo y solitario. Parecía el Nico de antes, el distante y cruel.
-Pensé que en este cambio en nuestras vidas iba a ser para bien- respondió sin mirarla.
-¡Y lo es! ¡Fue la mejor decisión que pudimos elegir! - exclamó la joven madre. -¿Qué sucede te arrepentiste?
Nicolás finalmente giró su rostro hacia ella y le clavó sus ojos negros como dos ónix.
-Yo no Carla… ¿pero hay algo que debería saber?-inquirió levantando una ceja.
La nombrada tragó saliva nerviosa, como si realmente tuviese algo que ocultarle a su esposo.
-No sé de qué hablas, que yo recuerde no tenemos secretos- admitió
Nicolás se levantó del sillón, tomó lo último que quedaba de la bebida alcohólica y dejó el vaso en la me