Ángela se había esforzado y había dispuesto del dinero que guardaba cada mes para comprar cosas para Jesús. Ella estaba ilusionada con dejar de estar sola y sabía perfectamente que él a su lado podría superar lo que le había ocurrido para crecer como un niño normal y feliz. Ella ya había tocado fondo, nada peor podía pasarle.
Con nuevas metas en su vida y con todo el cariño que poseía preparó un cuarto para Jesús. Lo había pintado de un color muy similar al de sus ojos y también le había comprado distintos juguetes que tuviesen muchos colores distintos. Había ido a la tienda para comprarle ropa muy hermosa.
-Es apto para que el niño comience a vivir con usted tan pronto como sea posible- La asistente documentó todo y tomó fotografías también. Ángela solo lloró de emoción porque pronto tendría a su hijo con ella
Por primera vez sintió confianza de que todo mejoraría. Ese pequeño era su hijo, lo había sentido suyo en cuanto vio el dolor y el miedo en sus ojos. Lo protegería del mundo