Durante toda la velada, Evan permaneció a su lado, aunque parecía más taciturno de lo habitual. Su presencia, sin embargo, lograba mitigar la sensación de soledad y la incomodidad que Hayley sentía en aquel entorno al que no estaba acostumbrada. Los asistentes, en su mayoría magnates de renombre, se regodeaban de sus títulos y cargos. Sus actitudes altaneras y soberbias creaban una atmósfera de superioridad, como si cualquier persona fuera de su círculo fuera irrelevante.
Aunque Hayley había sido presentada a algunos de ellos, no podía evitar sentir que la cortesía que le ofrecían era superficial, motivada únicamente por el hecho de ser la esposa de un Bourousis. Si no fuera por esa conexión, estaba segura de que recibiría miradas de desprecio, como la que le lanzaba una mujer rubia de ojos grises que no apartaba los ojos de ella. Aunque, al observarla mejor, parecía que el verdadero objeto de su interés era el hombre que estaba a su lado.
Evan, por su parte, parecía completamente aje