Eleonor se había sentido complacida al recibir a su nuera en casa. A pesar de no conocerla profundamente, aquella joven le resultaba agradable. Había algo en su actitud que le transmitía la impresión de ser una buena persona, una mujer sin dobles intenciones hacia su hijo. Las circunstancias que los habían llevado al matrimonio no eran precisamente ideales, pero Eleonor había observado con atención ciertos detalles que hablaban bien de ella. Por ejemplo, Evan le había contado que la joven se negaba rotundamente a depender de su fortuna. De hecho, había optado por trabajar en una editorial para mantenerse independiente, algo que, sin duda, hablaba de su carácter.
Ese gesto de esfuerzo e independencia tranquilizaba a Eleonor. Aunque no podía asegurarlo con certeza, todo indicaba que la castaña no estaba interesada en el dinero de los Bourousis. O al menos, eso quería creer.
Evan y su padre, Stephen, habían tenido que ausentarse para atender una llamada importante de un cliente, lo que l