Mundo ficciónIniciar sesiónEl apartamento de Zoe era un caos acogedor. Plantas colgando de cada superficie, arte ecléctico en las paredes y olor a incienso mezclado con café. Tan diferente a la mansión Volkov que Valeria casi lloró de alivio.
—Hogar dulce hogar temporal —dijo Zoe, tomando una de las maletas—. Tú tomas el cuarto de invitados. Dmitri puede dormir contigo o puedo armar el pack-and-play en la sala.
—Conmigo. Necesito tenerlo cerca.
—Por supuesto. Déjame ayudarte a instalarte.
El cuarto era pequeño pero luminoso. Ventana dando a la calle. Cama con cobijas coloridas. Nada como la elegancia fría de la mansión.
—Es perfecto —murmuró Valeria.







