Mundo ficciónIniciar sesiónEl jardín de la mansión nunca había lucido tan hermoso. Luces colgaban de los árboles como estrellas capturadas. Flores blancas—rosas, peonías, lirios—formaban arco sobre altar improvisado. Y música suave flotaba en aire cálido de la tarde.
Pequeño. Íntimo. Perfecto.
Exactamente como Valeria había soñado.
Marina lloraba discretamente en primera fila, sosteniendo a Dmitri en su regazo. El bebé vestía traje diminuto, su cabello oscuro peinado hacia un lado. Gorjeaba felizmente, completamente ajeno a significado del momento.
Nikolai estaba junto a Aleksandr como testigo, vestido en traje negro. Su expresión era sombría como siempre, pero Valeria había visto cómo sus ojos se suavizaron cuando ella apareció.
Porque estaba hermosa.
Vestido blanco sencillo, sin mangas, fluyendo hasta el suelo. No era elaborado ni







