Mundo ficciónIniciar sesiónEl lugar era almacén abandonado en las afueras de Moscú. Concreto frío, metal oxidado, olor a humedad y sangre vieja. Valeria despertó con dolor de cabeza palpitante, sus manos atadas detrás de una silla.
Tardó momento en orientarse. Recordar.
El hotel. La captura. Dmitri.
Su corazón se aceleró, pánico amenazando con consumirla. Pero entonces vio a Aleksandr.
Estaba a tres metros, también atado, su rostro ya mostrando moretones. Sus ojos encontraron los de ella, y en ellos vio alivio mezclado con terror.
—Finalmente despiertas —la voz de Dmitri venía de las sombras—. Empezaba a preocuparme. Sería aburrido si dormías toda la diversión.
Apareció en su campo de visión, esa sonrisa fría en su rostro. Detrás de él, Elena y Nikolai también estaban atados, ambos sangrando de heridas recientes.







