Mundo de ficçãoIniciar sessãoValeria miró las fotos hasta el amanecer. Cada imagen grabándose en su retina como marca de fuego. Cuando el sol finalmente salió, su decisión estaba tomada.
No iba a quedarse esperando. No iba a ser esposa patética que fingía que nada pasaba mientras su marido compartía habitación con otra mujer.
Iba a Moscú.
A las siete de la mañana, bajó con maleta pequeña, encontrando a Nikolai en la cocina. Su rostro cambió cuando la vio.
—¿Qué estás haciendo?
—Voy a Moscú. Necesito el jet privado.
—Valeria, no puedes. Es demasiado peligroso. Dmitri está ahí, y después del intento de secuestro...
—No me importa. Llama al piloto o lo hago yo misma.
—Aleksandr me matará si te dejo ir.
—Entonces ven conmigo. Protégeme en el camino. Pero no voy a que







