93. Sea como sea
Lana trató de caminar despacio, el pasillo se encontraba desierto mientras que ella intentaba volver a su habitación para no ser vista por nadie.
Su corazón latía con urgencia bajo su pecho, había escuchado cada palabra de Caius, sabía que él estaba dispuesto a protegerla, sin embargo, no quería que saliera herido de ninguna manera, porque ya antes había pasado.
"Si tenemos cuidado, entonces... nos iremos pronto de aquí, cachorro."
Ella cerró los ojos por un momento.
Algo en su interior se negaba a escapar, no sabía si estaba haciendo justa privando a su cachorro de nacer en la manada de su padre, pero no quería que su hijo viviera lo mismo que ella había vivido cuando era una niña, siendo la hija relegada del Alfa, su cachorro sería considerado hijo de una concubina, cuando el Alfa encontrara a su compañera y ella tuviera a sus hijos, su cachorro sería visto como un bastardo, como ella, no podía permitirlo.
El recuerdo de una infancia gris, la hizo llenarse de aún más determinación.