140. Sus recuerdos volvieron
La hembra retrocedió solo que el tronco detrás de ella le recordó que no tenía a dónde ir, Lana por su parte se alejó un poco dejando a sus cachorros aún envueltos en la manta sobre los pies de un árbol, no dejaría ir a esa hembra tan fácilmente después de lo que había intentado hacerle a sus hijos, ella se dio cuenta y rápidamente tomó la daga de la madera y esta tembló en su mano.
—Te mataré si intentas algo —intentó que su voz no sonara temblorosa pero era inútil.
Lana se giró encontrándose con sus ojos, dio un paso adelante y cuando habló su voz sonó baja, calmada y absolutamente aterradora.
—Toca a mis hijos otra vez —dijo—. Y te arrancaré el corazón mientras aún late.
La hembra intentó correr hacia la izquierda y Lana fue más rápida, como si ella fuera la cazadora y ella su presa.
Su mano derecha se cerró alrededor de la muñeca de la hembra desconocida y la torció con fuerza brutal. La daga cayó al suelo. Con la izquierda, agarró a la hembra por la garganta y la levantó del sue