Lía y Seth se movieron a través de los conductos oscuros de la caverna adyacente, obligados a depender de la percepción Alfa básica de Seth, la anulación psíquica que bloqueaba el lazo de Lía continuaba firme, sumiéndola en una frustración silenciosa, se sentía vulnerable, una comandante sin su mapa ni su arma, dependiendo de un aliado que, hasta hace poco, había intentado seducirla para controlarla.

Seth, sin embargo, se había convertido en el explorador más eficiente que Lía podría haber deseado, su frustración por haber sido reducido a un Escudo Deflectante se canalizaba ahora en una velocidad de exploración feroz y calculada, era una manifestación de su Ambición, si no podía liderar la formación completa, lideraría la misión de rescate con la esperanza de que eso le devolviera el favor de la Anomalía.

“El aire es diferente aquí, Lía,” susurró Seth, deteniéndose ante un túnel vertical que ascendía bruscamente “Hay una frecuencia secundaria, es energía psíquica pura, pero no está si