Elizabeth.-
Estaba frente a la televisión observando a Bastián, como lo atacaban con preguntas insensibles y mal intencionadas, juzgándolo, casi como yo lo hice cuando me enteré de lo que había hecho, necesitaba estar con él.
— ¿A dónde vas diosa? –Joel me pregunta siguiéndome.
— Necesito ir a la empresa, debo estar con Bastián.
— Amiga no es conveniente, la investigué… –me giré hacia Katia.
— Es mi esposo, no hizo lo de Mila con mala intención Katia, se equivocó lo sé más que nadie, pero juntos tenemos que enfrentar esto, además lo amo.
Sin decir nada más salgo del centro, ya no tengo nada que hacer ahí más que esperar a que la investigación termine, por ahora mi deber es estar al lado de Bastián desde que nos conocimos ha hecho todo por apoyarme, por cuidarme, por amarme, confió en quien no debía para hacer lo de Mila, solo espero que esa mujer no aparezca para empeorarlo todo.
(…)
Cuando llego a la empresa, todos me miran murmurando entre sí y no me importa, pero necesitaba pagar m