Cap. 28: Empieza la batalla.
Iker bajó la mirada a sus papeles, pero no pudo evitar soltar un suspiro apenas audible. No era de los que se impresionaban con facilidad, pero Amelia lo acababa de dejar sin defensas. La conocía fuerte, sí. Pero verla en su esencia profesional, segura, apasionada, era otra cosa. Y le gustaba. Le gustaba demasiado.
Finalmente, Lisandro se aclaró la garganta.
—Muy bien. Ya que somos un equipo… ¿qué sigue?
Amelia desplegó unas hojas con esquemas.
—Vamos a integrar las rutas de estimulación cognitiva avanzada de Genius Lab con los módulos de reconocimiento emocional de Aurora. Yo me encargaré de diseñar las rutinas adaptativas según los perfiles emocionales. Pero necesitaremos datos reales. Niños reales.
—Teo, Mara y Armando —mencionó Iker, revisando su lista—. Podemos iniciar con ellos.
—También puedo contactar a algunos padres con quienes he trabajado —añadió Amelia—. Pero antes necesitamos definir el lugar de trabajo para los equipos técnicos y terapéuticos. Un espacio cómodo, privado