Cap. 24: Le gusta Amelia. Y desea besarla.
Clarissa, aún con el rostro encendido como un semáforo, soltó una risa nerviosa y se levantó del césped.
—Bueno creo que es momento de que me retire. Tengo cosas que hacer —dijo, sacudiéndose la falda y fingiendo naturalidad—. Un gusto, Iker. Teo… nos vemos luego.
—Chao, Clarissa —respondió Teo, sin despegarse del robot—. Gracias por venir.
Iker apenas asintió. Clarissa lanzó una última mirada a Amelia, medio cómplice, medio derrotada, y se marchó sin más. El ambiente pareció respirar con su partida.
Amelia, suspiró. En el fondo, algo dentro de ella sintió alivio.
En ese momento sonó el timbre.
—¡La pizza! —gritó Teo, levantándose de un salto.
Amelia fue por la caja y pronto los tres estaban sentados en el jardín, bajo el cielo ya estrellado, compartiendo una comida sencilla, como si fueran una familia común por unos minutos.
—¿Y tú qué hacías cuando eras niño? —preguntó Teo a Iker, con los dedos llenos de queso derretido—. ¿También te gustaban los robots?
Iker parpadeó, sorprendido p