Cap. 23: Ella tiene intenciones de aparearse contigo.
Amelia descendió por las escaleras del edificio principal junto a Clarissa, que se retocaba el brillo de labios con aire despreocupado.
Apenas cruzaron el umbral del patio, Clarissa aceleró el paso y saludó con voz dulce:
—¡Hola, Teo! Qué gusto verte, campeón.
Teo alzó la vista, sorprendido, pero le devolvió el saludo con una sonrisa amable. Tenía el cabello un poco alborotado por el ejercicio, pero sus ojos brillaban de emoción.
—Mamá, ¡mira! —exclamó, corriendo hacia Amelia—. ¡Mira lo que me trajo Iker! Es un robot que puedo programar, tiene comandos de voz, sensores y puede aprender. ¡Es increíble!
—¿Le diste las gracias? —preguntó ella con dulzura, acariciándole la cabeza.
—Sí —afirmó con un asentimiento firme—. Le dije que era el mejor regalo del mundo.
Clarissa se acercó más al banco donde Iker había vuelto a sentarse.
—Vaya, qué interesante robot —comentó, agachándose junto a ellos, con los ojos brillantes—. Por cierto, soy Clarissa, amiga de Amelia. Mucho gusto.
—Iker Balmaced