Mi celular comenzó a sonar del otro lado de la habitación, se encontraba arriba de la mesita de café y yo en la otra punta; Seguramente sea Sole, para avisarme que ya regresan.
—¡Li, tu celular!—grita Gaby.
—Ya escuché; Fíjate, seguro es Sole.
—Wow... Dios, Lina, deberías pensar en eso del trío —se guasa, riendo, mientras veía mi celular.
—¿De qué hablas? ¿Qué dice el mensaje? —le pregunto frunciendo el ceño, ya no me hace tanta gracia su chiste.
—De hecho, es una foto; estas desnudas. Oh, Li, cómo excita tu tatuaje en la espalda baja —comenta sin siquiera mirarme; Sigue con los ojos fijos en la pantalla del celular.
—Dame eso —exijo, tirándome encima de él.
No me lo quiere dar, e imagino quién fue el estúpido falto de neuronas que mandó esa foto; le voy a cortar la carótida con los dientes en cuanto lo tenga enfrente.
—Hay algo escrito abajo de la foto, aguanta —corre sin dejar de ver el celular, tratando de leer lo que dice ese mensaje.
—¡Dame ese teléfono, idiota, o te voy a dejar