—Quiero tocarte.
Él sólo chasquea su lengua, para después morder mi cuello. Quita sus dos dedos, para luego unir a un tercero a la exploración en mi interior. Con su pulgar hace presión en mi botón adolorido y comienza a moverlo de forma circular. Un calor interior recorre todo mi cuerpo conforme él sigue haciendo estragos en mi interior y en mi clítoris, hasta que todo se volvió confuso y un inminente orgasmo se apoderó de mí ser.
Besó las pocas cicatrices que me quedaron, y con su mano libre acarició cada centímetro de mi cuerpo. Como le pedí, y me aseguró que haría, grité su nombre dos veces en medio de cada orgasmo.
Al otro día, me dispongo a llevar a cabo la segunda fase del plan y llamo a Erik por teléfono.
—Erik, ¿puedes hablar?
—Si con eso te refieres a cierto alemán posesivo que está en una reunión, pues sí, puedo hablar.
—Bien, necesito que hagas lo que te pedí, en dos días tengo que estar en esa isla.
—Lo vas hacer, nomás —Suspira—. Lina, ¿estás segura? —¿Por qué todos preguntan lo mismo?
—Ya hablas como Sole. Sí, Erik, estoy segura —respondo.
—Bien; voy a llamar y a organizar todo, para que en dos días estén buceando —Queda en silencio unos segundos—. A Alex le va a agarrar un ataque cardíaco —se queja.
—No le va a agarrar ningún ataque, no seas tan extremista.
—Estás loca, ¿lo sabías? Pero no te preocupes, dije que te iba a ayudar y así lo voy a hacer —me asegura, y yo doy saltitos de felicidad.
—Gracias, te voy a deber una.
—Vas a matar a mi amigo, y por partida doble, con lo que vas proponerle y a dónde lo vas a llevar —refunfuña.
—Ya, deja el drama, nada va a pasarle a tu amigo. Palabra de honor.
—Bien, vas a deberme una grande.
—Te lo voy a compensar en tu casamiento —canturreo.
—Eso ya lo daba por hecho —dicho eso, cuelga.
Sí, hasta luego Erik...
Teniendo todo listo, salgo de la oficina para ir a ver cómo va todo afuera, y de paso voy a prepararme un enorme café. Al estar cerca del salón puedo escuchar la música, y la verdad no sé si reírme o rajarme un tiro en la frente... Tony cada día está más demente.
—¿Eso es Foreinger?—le pregunto al boricua en cuanto llegué al mostrador.
—Sip, Un ángel enamorado, esperando a una chica como tú —entona, y no puedo evitar reír.
—La edad no viene sola.
—Ay, vamos, Lina. Nicolás Cage, Meg Ryan... ¿Me vas a decir que no amaste esa película? —La verdad que sí, me gustó mucho. ¿Pero amar? No soy partidaria de las películas románticas.
—Prefiero Freddy —entono, y luego rio al ver su cara.
—Sabía que eras rara, pero esto lo supera; una chica que no le gusten las películas románticas es inaudito.
—Ay, Tony, no sé qué te sorprende; y más sabiendo lo que le va hacer al pobre de Alex —interviene Sofi, que está leyendo un libro... Ella no está leyendo eso... Hoy voy a morir muerta, entre la música de Tony y la lectura de Sofi no voy a llegar a conocer Seal.
—Tengo otro punto de vista del romanticismo —Me tomo un segundo y luego hablo—. Al parecer, tú también —Le señalo su lectura y su rostro se torna rojísimo.
—No sé de qué hablas —azuza, cerrando el libro con velocidad.
—Sabes que desde este lugar pude leer la tapa, y por ende, sé de qué se trata el libro —le hago saber con una media sonrisa.
—¿De qué se trata el libro? —pregunta Tony.
—De BDSM.
Al escucharme, sus ojos se agrandan como si fuera un animé y Sofi agacha la mirada, de seguro deseando que la tierra la trague y la escupa en otro continente.
—Jo-de-me —entona en sílabas un Tony desconcertado. Yo asiento en silencio—. Yo sabía que las calladitas son las más tremendas. Mirá lo zorra que resultaste ser —exclama divertido.
—Porque lea un libro erótico no significa que sea una puta, Tony —le retruca, y creo que se está enojando.
—Sofi, calma, nadie te dice que lo seas; a mí en lo personal me llama la atención que leas esa clase de libro. Digo, es un libro muy fuerte; para ser sincera a mí me dio dolor de cabeza cuando lo leí, y más de una vez quise matar a algún idiota machista.
—¿Lo leíste? —pregunta asombrada.
—Obvio que sí; para mí, "De rodillas" es uno de los libros más fuerte con respetos al sado, bondage y todo ese asunto, y quizás también uno de los más crudo. Al menos para mí.
—¿En serio piensas así? ¿Tan fuerte es? —quiere saber Tony.
—Sí, lo es —Desvío la vista a Sofi—. Vas por el primero, ¿no?
—Sí, casi por la mitad, y la verdad es que es muy crudo para mí; no sé si quiero terminar de leerlo —exclama ella.
—Sofi, si lo dices por lo que dijimos, no dejes de leerlo; solo bromeábamos. En la cama hay que ser una puta y en la calle una señora, así es como funciona, nadie te va a juzgar por lo que hagas entre tus sábanas, o en cualquier otro lado —digo, sonriéndole—. A lo que voy, es que no te tiene que preocupar lo que piense la gente, de todas maneras siempre van a pensar mal y sin conocerte.
—Lina tiene razón, solo hay que ignorarlos, a la gente le gusta hablar estupideces —interviene Tony.
—No es solo eso —habla Sofi, insegura.
—¿Entonces, qué es? —reclama el boricua.
—Sofi, si es por el contenido del libro, te recomiendo que termines esa trilogía. Primero, porque te va a gustar; segundo, te va hacer pensar y vas a ver las cosas de otra manera, a pesar de lo que se trate hay cosas que dice el protagonista que no son muy erradas; tercero, vas a entender a los que hacen esas clases de "juegos", vamos a llamarlo de esa manera; es una forma de vida, todos tenemos nuestra propia forma de vivir, open mind —Le sonrío y ella me devuelve la sonrisa.
—Bien, lo voy a terminar de leer —afirma.
—Buenísimo; solo si, por esa puta casualidad, te gana la curiosidad y quieres practicar algo de eso, busca a un experto, alguien que sepa, que te cuide y que haga que confíes. Eso puede ser peligro para ti, física y psicológicamente, ¿entiendes?
—No creo que quiera probarlo, pero sí, entendí —expresa.
—La verdad, esperaba algo de esto de ti —le digo a Tony señalándolo—. No de ella.
—Ay, no, yo no soporto el dolor, con solo pensarlo me desmayo —Me carcajeo tan solo por su tono de voz.