- Señores me llevaré a la muchacha para la ciudad a que reciba atención médica porque aunque se ve que no tiene señales de quemadura alguna, pero sus pulmones pueden estar dañados por el humo que debió haber inhalado-.
Dijo Leonardo a los señores cuando salió de la pequeña habitación luego de asegurarse que efectivamente es su esposa la chica que ellos han rescatado.
- Si muchacho llévatela, gracias a Dios que te envió a este pueblo para que la ayudes-. Dijeron los señores agradecidos, pues ellos no sabrían que hacer si a la chica se le complicaba su salud.
- En unos días vendré de nuevo a visitarles y les traeré noticias sobre la joven-. Dijo Leonardo, pues tiene planeado volver y traerles alguna recompensa por haberle salvado la vida a su esposa.
- Que Dios les acompañe buen hombre-. Respondieron los señores.
Leonardo se marchó con su esposa en brazos, pues ella aún está dormida por los remedios para relajarse que le dio la anciana. La subió