Aixa no se percató de que había quedado un trozo de leña con una parte salida de la chimenea y a medida que se iba quemando este se movió y cayó al suelo de madera provocando que minutos después comenzara a tomar fuego, por fortuna Aixa se despertó a tiempo y al ver lo que estaba ocurriendo, comenzó a clamar por ayuda pero alli en ese lugar nadie le ayudaría porque no estaba poblado.
- Dios ayudame, no permitas que muera en este lugar.
Ayuda, alguien me escucha, vengan a ayudarme.
Fueron las últimas palabras de clamor apenas audibles que mencionó la joven Aixa.
El humo ya le estaba haciendo efecto a la pobre chica e hizo que se desmayara sin tener la oportunidad de escapar a tiempo.
Leonardo se fue a su casa después de dejar a Aixa en la cabaña, iba muy enojado y no paraba de maldecir a su esposa por haberse atrevido a rasguñar a su preciada madre.
Por la mañana se fue a traerla antes de irse para la empresa y la tendría que amenazar c