Me encontraba en un pueblo en medio de la nada, para una reunión de Gammas. No tenía idea de por qué habían elegido hacerlo allí. El hombre al frente hablaba sin parar y probablemente debía escucharlo, pero estaba demasiado aburrido. Seguía girando mi pluma sobre la mesa, era la única forma de entretenerme en ese momento.

Finalmente terminó la reunión y me dirigí a la oficina por un café.

—Bueno, esa estuvo dura. —Comentó un Gamma dirigiéndose a mí.

Asentí con la cabeza en señal de acuerdo.

—Todos vamos a ir al bar local, como a las ocho. ¿Quieres unirte?

Volví a asentir, manteniendo el rostro inexpresivo. Odiaba ir a esas cosas donde solo decían, “Protege a tu Reina Luna”. Y yo respondía: Entendido. Aunque mi Alfa no iba a tomar una Reina, sin importar lo mucho que su padre lo presionara.

Él todavía esperaba a Amy. Todos los demás habían aceptado que probablemente nunca regresaría, tal vez aún quedaba una chispa de esperanza en todos nosotros, pero su padre había dejado claro que iba