Unas horas después, Amy finalmente despertó y se quedó mirando al techo. No dijo nada, pero nos regaló a ambos una pequeña sonrisa. Luego se levantó de la cama, pasó sobre mí y caminó hasta su habitación.
La seguimos de inmediato, ella se dirigió directo a la ducha. Cuando cerró la puerta, Dallas y yo nos miramos, rezando para que no estuviera retrocediendo.
Tiempo después, salió envuelta en una toalla, mientras nosotros la esperábamos sentados en su cama. Nos vio, sonrió y rodó los ojos antes de entrar a su clóset para vestirse.
Cuando salió con unos shorts de mezclilla y una camiseta, supe al instante que hoy querría salir. Yo esperaba que quisiera descansar, pero adiviné que eso no iba a pasar.
Caminó hacia mí y se lanzó a mi regazo; de inmediato, mis brazos la envolvieron con fuerza.
Cuando obtuvo de mí la fuerza que necesitaba, se puso de pie y extendió una mano hacia Dallas y hacia mí. Ambos las tomamos felices, dejándonos guiar a donde quisiera llevarnos.
Nos condujo hasta la b