Salí al día siguiente, lista para irme a la escuela. El día anterior, Mia se fue como a las diez de la noche, después de repasar todo con lujo de detalle. Claro que todas eran suposiciones y teorías, pero sentí que logramos abarcar la mayoría de las posibilidades.
Levanté la vista después de cerrar la puerta con llave y vi a Dallas estacionado frente a mi casa. Estaba recargado contra la puerta del copiloto y me sonreía. Lo ignoré y caminé hacia mi bicicleta, entonces lo oí correr hacia mí.
—Aims, vamos. Déjame llevarte a la escuela. —Me suplicó y lo miré como si estuviera loco.
—Estoy bien con mi bici, pero gracias. —Respondí.
Él sonrió de lado.
—Está bien, pero entonces tendré que correr para seguirte el ritmo. Y creo que ayer me lastimé la pierna, así que podrías estar lesionándome más si no aceptas mi oferta. —Bromeó, mientras se frotaba la pierna y se colocaba en posición como si fuera a salir corriendo conmigo.
Lo único que pude asumir es que estaba tratando de acercarse a mí par