Me giré y me apoyé en la mesa justo cuando Liam se acercaba, encerrándome entre sus brazos.
—Te ves hermosa. —Me elogió, colocando un suave beso en mi mejilla.
Llevé sus labios a los míos y, como siempre, fue como escapar de este mundo y caer de cabeza en una felicidad pura y absoluta.
Nos interrumpió Cole, que jaló a Liam lejos de mí y lo arrastró hacia la sala.
—Pueden besarse después, ¡ahora tenemos que celebrar! —Exclamó, gritando la palabra “celebrar” y logrando que toda la casa aullara en respuesta.
Me reí y negué con la cabeza al mismo tiempo que Dallas me entregaba mi bebida.
—Gracias. —Dije dulcemente, tomándola de sus manos.
Él sonrió y asintió con la cabeza en dirección a la sala. Respiré hondo y lo seguí. Había mejorado bastante, pero las reuniones grandes seguían sin ser lo mío. Kiera corrió hacia mí, impidiéndome llegar a la silla en la que pensaba sentarme antes de empezar a bailar. Me tomó del brazo y empezó a arrastrarme en dirección contraria. Dallas giró sobre