Me levanté del sofá de un salto.
—Bueno, ya no voy a poder dormir bien —comenté—. Así que tienen que distraerme un rato antes de irse.
Todos soltaron una carcajada.
—¿Y qué tienes en mente? —Preguntó Cole con una sonrisa, mientras me guiñaba un ojo.
Liam agarró un cojín del sofá y se lo lanzó directamente a la cabeza, lo que provocó aún más risas.
Puse los ojos en blanco. —No sé... Mia es mejor inventando cosas. La voy a llamar.
Dije eso sin pensar en la hora que era, ya que la llamé, y me dijo que vendría pronto, pero que tendría que escabullirse de su casa.
Cuando llegó, entró a mi casa y miró alrededor.
—¿Por qué tienes todas las luces encendidas? —Preguntó divertida.
Solté una risa, porque después de colgar con ella, empecé a sentir escalofríos y terminé encendiendo cada luz de la casa. Los chicos pensaban que era lo más gracioso del mundo.
—Pregúntales a tus futuros líderes. ¡Son ellos los que están tratando de matarme del susto! —Bromeé, ella los miró con cara de reproche.
Cole l