Analisse
Con el rostro encendido por la vergüenza, acepté la propuesta de Leonard. Era una mezcla de nervios, sorpresa y una profunda felicidad. En ese momento, lo único que deseaba era ser feliz con él.
—No puedo creer que hayas hecho todo esto, Leonard… —le dije con la voz entrecortada por la emoción.
Él me miró con esa ternura que aún me cuesta creer que sea real.
—Lo hice para complacerte, para demostrarte cuánto te amo y que realmente quiero pasar el resto de mis días a tu lado —me respondió, tomándome las manos con firmeza—. Una boda real, Analisse. Una boda que valga la pena, con declaraciones sinceras, no como la que tuvimos antes.
Me acerqué a él sin pensarlo y lo besé suavemente en los labios. A nuestro alrededor, los demás comenzaron a bailar, pero yo solo podía mirar hacia el cielo estrellado, adornado por una aurora que parecía prometer nuevas oportunidades, como un susurro del destino diciéndome que esta vez todo estaría bien.
La verdad es que jamás imaginé que este homb