MILA
—Señoritas —comienza Maximiliano, mirándonos a ambas—, les presento al coronel Viktor Kuznetsov. Es un experto en defensa personal y manejo de armas, con una carrera militar distinguida y varios títulos en tácticas de combate.
Alisa y yo nos miramos confundidas.
—¿Por qué necesitamos aprender a defender nosotras mismas? —pregunta Alisa, frunciendo el ceño.
Maximiliano se acerca a nosotras, su expresión seria.
—Ustedes saben de lo que están metidas —dice—. No podemos permitir que estén desprotegidas. Es necesario que sepan defenderse.
Me siento un poco tensa al escuchar las palabras de Maximiliano. La idea de aprender a defenderme con armas me pone nerviosa, pero sé que es necesario. He visto el mundo en el que vivo, y sé que no siempre estaré segura. La idea de ser vulnerable me aterra, pero también me motiva a aprender y a protegerme a mí misma.
—Pero ¿qué tipo de situaciones de peligro podemos enfrentar? —pregunto, tratando de entender.
El coronel Kuznetsov se adelanta, su voz