MAXIMILIANO
—¿Qué haces aquí? —me pregunta, sorprendida.
Y admiro su cuerpo y las curvas pronunciadas que tiene. Esta mujer es una diosa, es hermosa y muy sensual.
—Quiero que te midas este vestido —le respondo, sin apartar la vista de su reflejo.
—¿Y era necesario que ingresaras al cambiador? —me pregunta, con una ceja levantada.
—Considero que sí —le digo, sin darle importancia al hecho de que estoy en un espacio íntimo con ella.
No queria, pero ella me vuelve asi y nunca habia invadido el espacio personal de una mujer de esta manera pero con Mila todo es tan intenso.
—¿Te puede salir? —me pregunta, como si esperara que me fuera en cualquier momento.
—No, hasta que te pongas ese vestido —le respondo, sin moverme de mi posición.
—¿Por qué quieres que me lo ponga? —me pregunta, con curiosidad.
—Porque considero que es apropiado para la cita que vamos a tener esta noche —le explico, sin dejar de mirarla.
—¿Qué cita? —me pregunta, con sorpresa.
—Con mis padres —le respondo, como si fuer